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En San Pablo estamos seguros que la fe hace a los jóvenes más felices

Los jóvenes de la Parroquia de San Pablo regresan de su habitual campamento en la Colonia del Sahúco. Han participado 130 jóvenes y todos vuelven con una sonrisa de oreja a oreja. Sus padres agradecen todo el trabajo y lo vivido a lo largo de una semana de convivencia.

Este año, más de la mitad de participantes eran de los cursos de Secundaria. Los más pequeños tenía 8 años. “Unir en una sola familia niños de primaria y secundaria es siempre nuestra labor. Sentirnos todos una familia”, nos comenta un monitor. El grupo organizativo ha estado compuesto por una veintena de monitores y otro tanto de premonitores. El equipo 0 ha tenido la misión de coordinar los temas sanitarios y de logística.

El campamento de este año ha tenido la temática de la libertad. Durante una semana los niños han intentado reflexionar y salir de la esclavitud del consumismo. Para ello, han vivido una aventura en Egipto. El primer día eran engañados por el Faraón con promesas de consumismo y a lo largo de la semana han tenido que ir liberándose consiguiendo los objetivos de cada día.

Un tema bíblico en un campamento puede parecer algo raro e inusual, incluso por su desconocimiento puede, aparentemente, aburrir a los niños y adolescentes que toman parte en esta aventura. Pero hay muchas razones para considerar esta aventura como algo muy interesante y de gran riqueza tanto humana como religiosamente hablando. Durante el campamento han conseguido ser más libres como una necesidad actual. Son muchas las cosas que nos esclavizan y no nos dejan ser nosotros mismos. Partir de la realidad ha permitido establecer muchas analogías entre los participantes del campamento y los hebreos en Egipto cuando eran esclavos del Faraón.

En la parroquia de San Pablo se trabaja con los jóvenes las veinticuatro horas los siete días de la semana. Y todo al estilo de Don Bosco, maestro y padre de la juventud. Siguiendo el sistema preventivo y con la máxima de la alegría. También se han creado los grupos de Acción Católica General para seguir un itinerario de formación desde niños a adultos.

Los animadores de la parroquia saben que trabajar la fe es un plus. Hace a los niños y jóvenes más felices. De eso no tienen duda. Para ellos, “no es un trabajo que dé fruto a corto plazo sino a largo. Vemos diariamente su alegría, pero el fruto mayor se ve a largo plazo cuando los adolescentes se convierten en buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

Los propios jóvenes invitan a sus amigos al campamento y a las actividades del curso. Algunos no se han bautizado y es el primer contacto con el cristianismo que tienen. Nos comentan que “hay algunos chavales que han pedido el bautismo, eucaristía y confirmación. Descubren la alegría de la fe y de un Dios Padre que nos da dado el don de la vida”.

En el campamento además de las marchas, verbenas, veladas, gymkhanas, talleres y grandes juegos, se tiene tiempo para rezar, celebrar la eucaristía y el sacramento de la reconciliación. También se invita a la adoración del Santísimo y hay un tiempo dedicado para profundizar en temas sobre valores humanos y cristianos. “El ritmo es fuerte de actividad. No paremos ni un minuto. Los niños y jóvenes saben a que vienen. No se les oculta nada a las familias. A los que están alejados de la fe se les dice que en nuestro campamento se reza mucho y ellos vienen encantados”, nos comenta el párroco.

En la parroquia de San Pablo se vive la fe con naturalidad, desde la realidad de las familias y de los jóvenes. Nada les es extraño. Acompañar la vida del joven es la idea, proponerles metas y proyectos. En San Pablo no dejan de soñar, de discernir, de vivir la vida con gratitud y entregarla con generosidad. En esta familia todos caben, siempre con la puerta abierta tanto para entrar como para salir. Su proyecto de acompañar a jóvenes está en el barrio de San Pablo. Y este verano en el Sahúco ha cumplido su misión.